Al referirse Fray Bernardino de Sahag�n (1975, Lib. VIII, Cap. X, p. 459) a los pasatiempos y las recreaciones de los Se�ores, menciona que �jugaba pelota, para esto ten�anle sus pelotas de ulli guardadas; estas pelotas eran tama�as como unas grandes bolas de jugara a los bolos (y) eran macizas, de una cierta resina o goma que se llamaba ulli, que es muy liviana y salta como pelota de viento, y ten�a de ellas cargo alg�n paje�
Ah� mismo se�alaba que, �tambi�n tra�an consigo buenos jugadores de pelota que jugaban en su presencia, y por el (bando) contrario otros principales, y gan�banse oro y chalchihuites y cuentas de oro y turquesas, y esclavos, y mantas ricas y maxtles ricos, y maizales y casas, y grebas de oro y ajorcas de oro y brazaletes hechos con plumas ricas, y pellones de pluma y cargas de cacao� (Loc. cit.)
�El juego de pelota se llamaba tlaxtli o tlachtli que eran dos paredes, que hab�a entre la una y la otra veinte o treinta pies, y ser�an de largo hasta cuarenta o cincuenta pies; estaban muy encaladas las paredes y el suelo, y tendr�an de alto como estado y medio, y en medio del juego estaba una raya que hac�a al prop�sito del juego; y en el medio de las paredes, en la mitad del trecho del juego, estaban dos piedras como muelas de molino agujeradas por medio, frontera la una de la otra y ten�an sendos agujeros tan anchos que pod�a caber la pelota por cada uno de ellos.
Y el que met�a la pelota por all� ganaba el juego; no jugaban con las manos sino con las nalgas her�an la pelota; tra�an para jugar unos guantes en las manos, y una cincha de cuero en las nalgas, para herir a la pelota. (1975, Lib. VIII, Cap. X, pp. 459- 460)
As�, el juego lo realizaban dos equipos de uno a siete jugadores, con un juez, y se enfrentaban en una cancha dividida en dos, lanz�ndose directamente, o haciendo pases, una pelota de hule no vulcanizado de unos tres kilos. Como era excepcional pasar la pelota por el aro, cuando esto se lograba se ganaba el juego y el jugador que lo consegu�a era agasajado con premios y honores.
En 1528, Cort�s llev� a Espa�a algunos jugadores para hacer una demostraci�n frente al Rey Carlos V, como aparece en una pintura del artista alem�n Cristoph Weiditz en 1529.