Salta a la vista que la intención del tlacuilo al diseñar esta porción del Catecismo, fue la de presentar al lector con toda claridad, el número de los conceptos o elementos que corresponden a este capítulo, dedicado a “las Bienaventuranzas”. Como es bien conocido, se llama bienaventuranzas a ciertas máximas o actos superiores de virtud, contenidos en el capítulo V del Evangelio de San Mateo y en el VI de San Lucas; dicho de otra manera, las bienaventuranzas son obras de espiritualidad y perfección encaminadas a lograr la verdadera y eterna santidad, de acuerdo a lo que Jesús predicó en el famoso “ Sermón de la Montaña”; así, el texto empieza enunciando el número ocho.
Ficha de lectura del glifo
Palabra Náhuatl
ce
Posición en la lectura
Inicial
Traducción
uno
Sonido
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