Se decía que después del parto la mujer estaba impura. Debido a esto, no debía tocar ninguna cosa sagrada ni entrar en el santuario, hasta que se cumpliera los días de su purificación: 40 si su hijo era hombre y el doble si era mujer. Al cumplirse estos días, sea por niño o niña, ella debía presentar al sacerdote, a la entrada de la tienda de las citas, un cordero de un año como holocausto y un pichón o una tórtola como sacrificio por el pecado. Según el Nuevo Testamento, para llevar a cabo este rito, José y María llevaron dos palomas blancas.
Esta tradición actualmente se lleva a cabo los días 2 de Febrero o día de la Candelaria.